sábado, 10 de septiembre de 2011

Capitulo 6: Otra carrerita ¡no!, vamos a llevarnos bien.

Con Prieto agonizando, Tranca se agacho donde se encontraba este y le dijo unas palabras para tranquilizarle.

- ¿Sabes porque me llaman Tranca? Porque como te la enseñe te atragantas ¡Jejé!
- ¡Tranca no es momento de bromas hay que curarlo! Exclamo Tilly acojonado, ¡Hay que llevarlo al hospital! Propuso seguidamente.
- ¿Al hospital? Eso es de nenazas, tu ere un machote eso cicatriza no hace falta tanto dramatismo, dijo Tranca algo… ¿hospitales en la Edad Media?
- ¡Aaaaaah! ¡Sangre! Grito Sampezon mientras se desmallaba.
- Ves, los hospitales son para nenazas… como este, reafirmaba su teoría Tranca. Tú con unas hierbitas de estas de las que escuecen te quedas como una flor te lo digo yo chavalote, voy a por ellas y te pondrás bien en un periquete, Dijo Tranca mientras se alejaba a lo lejos y resbalaba por la pendiente de la cuesta. ¡Estoy bien! Tras caer de boca.

Mientras Tranca buscaba algo para drogar a Prieto, los tres hobbits hacían lo imposible porque Prieto permaneciera despierto dándole tortas en las mejillas, ninguna fue tan eficaz como la de Sampezon, que aunque fuese una torta pero de mantequilla que más que impactar en la cara se deshace por el camino, Prieto se levantó de un salto y fue a matarle, lo que tranquilizo a Kukin y a Tilly, aunque posteriormente hizo el robot y cayo rendido una vez más al suelo… si es que Prieto iba para basurero, todo el día limpiando el suelo con la ropa.

Después de un rato bajaron a Prieto al pie de la colina, donde Tranca apareció con una hermosa piva elfa, la que traía un gran caballo blanco con un tatuaje en el culo que ponía: “BESAME EL CULO”, que Sampezon obedeció inmediatamente, llevándose una fuerte patada que propino el bravo corcel que fue aplaudida por todos incluso por la elfa, que se acababa de incorpora y ya le tenía cierta tirria a Sampezon.

Después de comentar la jugada las suficientes veces como merecía tal acción a cámara super lenta, si, si, la que se pueden diferenciar las babillas y la sangre salir disparada de la boca de Sampezon, Béyocel, la elfa anteriormente mencionada, se percató de que se habían olvidado de que Prieto estaba muriéndose en el suelo, entre dolor y llanto, si, el llanto era provocado por la risa que Prieto no podía contener ni aun estando muriéndose de la acción del torpe Sampezon Gordín. Béyocel lo subió “en to’ lo arto del caballo” y cabalgo con él todo lo rápido que pudo.

La vida no es color de rosa… excepto cuando se te cruza Sampezon por medio, que hace que ese tiempo que permanece pululando por allí lo sea, pero esta vez Sampezon se encontraba bastante lejos de ellos, así que en esta ocasión sería blanco o negro… y como las coladas en esa época se hacían en el río, pues más bien grises, y es que por el camino aparecieron los Picolos Corruptos. Tras una larga cabalgada, Béyocel estaba cerca de llegar al río que delimitaba los dominios de Afemider. Con su bravo corcel a dos días de la jubilación con la lengua fuera, Prieto con el culo encogido y dando botes como si de un castillo hinchable se tratase, solo que se ha olvidado hincharse se tratase, daba tumbo atrás de la apuesta elfa que no paraba de prometerle caros lujos a su caballo los cuales consistían en heno, una cuadra en la playa… un yate para cuando se empiecen a fabricar… yeguas de compañía etc. etc. Aunque el caballo elfico no era muy ambicioso y solo quería una cosa en este mundo, “No… si yo con ¡no dar otra carrerita! Porque a estas altura de mi carrera… otra carrera ¡no!, vamos a llevarnos bien…”

Finalmente y porque si no es así la porquería esta que os estoy haciendo tragar acabaría... ¡joderos cabrones!, el bravo corcel consiguió poner a salvo a Prieto y Béyocel, que buena jinetera pensaran muchos, no les quito la razón, pero no precisamente por hacer que su caballo corriese más, ya que eso ya lo hacían los caballos de los Picolos Corruptos, que en vez de besarle el culo pensaban mordérselo, y eso no mola tanto la verdad.

Pues bien pasaron el río… ¿y qué? ¿Solo es agua? Pensaran muchos de ustedes, pero es agua eeeeeeeeeelfica, que es la misma porquería que no tiene sabor pero que hace cosas “to’ guay” como convertirse en un gordo acuífero hambriento de carne… muerta… diría yo a primera vista vamos. Y de un bocado se los trago a todos… con lo buena que estaba Béyocel… en fin que poco gusto tienen estos elfos...

Una vez pasado el peligro y en dominio elfico, Prieto se desmallo y parecía que iba a llegar el final, hasta que… la elfa hizo cosas censurables que hoy, Y SOLO HOY en SALVAME DECURANDERA revelaremos. Nuestra colaboradora Pastorcillo de Belén Estrellaos, nos devela que la técnica para reanimarlo no fue otra que, ¡Oh¡ ¡Esperar! la diremos después de la publicidad. Se siente incómodo en su caballo, no puede trotar con comodidad, le salen almorranas solo con subirse a él, no lo pienses más, ¡¡¡la silla de montar caballos 3.000!!! ¡¡¡COMPRALA YA!!! No sigas dejando que las galopadas de tu caballo sea una tortura para tu trasero, con la silla de montar 3.000 tus problemas anales desaparecerán, ¡la silla de montar 3.000! no hemos saltado 2.999 modelos a su creación para garantizar su comodidad, porque el cliente siempre esta primero, y bajo el cliente la puñalada que le damos. ¡Llame ya! Y si se encuentra entre los 4,5 primero recibirá unas herraduras para su caballo de regalo. ¡Basta ya de hemorroides provocadas por el simple hecho de montar en caballo! Con la silla de montar 3.000 se acabaron sus problemas cómprela ya.

Bien seguimos en el plato de SALVAME DECURANDERA, donde nuestro colaborador Mermelada de fresa confirma el testimonio de Pastorcillo de Belén Estrellaos donde la principal teoría de la cura practicada por la elfa Béyocel a Prieto para salvarle la vida no es otra que quitarle los resto de la puta daga del costado tirarlos al carajo pipa y vendarle… ¡BOM-BA-ZO informativo! (Que os pensabais marranos…)
Después de esta alocada historia portada de revista como “adiós” o “analfabetos”, esta última la más comprada por los ciudadanos de la época que intentaban aparentar cierto grado de cultura, aunque no tuviesen ni papa de leer, Prieto fue llevado al palacio de Afemider para descansar de la aparatosa intervención que sufrió en el camino digna del equipo técnico de Dr. House.

Cuando Prieto despertó, alcanzando las cuatro semanas de gestación, el mensaje de que la rosquilla estaba en Afemider se había extendido por las tierras aliadas. Este periodo en el que nuestra historia y el bonito y encantador pero vomitivo cuento de Blancanieves y los siete enanitos se mezclaron no fue ni por mucho menos por la herida que recibió en la colina de las tres ventoleras, sino por el propio cuento que se montaba para no salir de la cama. Cuando consiguieron sacarlo de la cama, todos los líderes de los pueblos aliados estaban en Afemider para decidir el destino de la rosquilla.

Desde las Montañas Ahumadas llegó el enano Antxón Goikoetxea conocido como Goiko. Goiko era hijo de enanos del norte de las Montañas Ahumadas, era testarudo cabezón y patoso además de borracho. Su arma era un hacha de talar árboles y siempre portaba una boina sobre la cabeza.

Desde el pueblo de Inodoror llegó el hombre conocido como Jonathan Hielo. ¡Si, que pasa! ellos nos roban a Boromir pa matarlo y nosotros no podemos robarle a Jonathan ¡Venga por dios! Jonathan era hijo del Senescal Cenutrio, y capitán de los ejércitos de su “joío” padre, Jonathan reconquist la ciudad de Cutriliam, y desbloqueo el logró de consola: Disputas por el Perejil. Jonathan era un hombre algo rarillo, que le gustaba más una guerra que a un viñorco una rata y una pose más que a Miley Cyrus chupar un micro. También tenía un aire chulesco y arrogante que no sentaba bien a muchas personas, pero al nota le soplaba la polla, nunca mejor dicho.

Y por útimo, desde el Bosque Orejonal, llegó el elfo conocido como Juánolas. Era alto a más no poder eclipsar el sol, recitaba versos sin sentidos que nadie entendía aunque se le achacaba a que era elfo… portaba una media melena oscura que se peinaba para atrás y vestía de traje chaqueta y corbata. Muchos piensa que el padrino le robo el look. Portaba a su espalda un arco de madera de pinar… porque era donde le gustaba cagar y era fino al sus discursos pronunciar… “¡Quillooooo! ¿¡Y esa coquretas!?”,
De nada mola este trozo, si como verso no leéis, pues mi tiempo tirareis... que rima más forzada, pero el caso es que lo leáis como un puto elfo amariconado al que le acaban de meter un peñizco en la zona escrotal comúnmente conocida como en los cojones.

Todo estaba listo y el concilió de Afemider estaba a punto de empezar. Las demás plazas del concilio estaban ocupadas por Joroba, el que tenía que contar un bonita historia, para variar, representando a los magos, Prieto representando a los hobbits como portador de la rosquilla, Trancas como representante de los montaraces que habitan en las montañas, ya sabéis montaraces… MONTA-RACES, es decir, montador de razas. Y por último, el concilio era precedido por el señor de Afemider, Pendejol, padre de Béyocel y hermano elfo de Alubil, primer rey de Inodoror. A partir de ese concilio se conocería el destino que iba a deparar a la rosquilla y a nuestros no intrépidos, pero sí que patanes protagonistas.

4 comentarios:

  1. con esta rima te digo un euro he perdido adios a mi euro adios a mi anelo me voy a cagar k aver de k coloe es la maja

    ResponderEliminar
  2. Sinceramente no intentaba hacer una rima pero mientras lo escribia se me vino a la cabeza la pronunciación de los elfos... que parece que les han cojido por las pelotas y los han amariconado y coño parecia que estaba recitando poesia así que decidí terminarla como tal... pero es lo que pasa en estos casos cuando quieres hacer algo no se te ocurre nada. El caso es que pronuncies JuÁnolas así parece que estas diciendo el nombre de las pastillas juanolas en elfico y aparece el nombre de Juan ^^

    ResponderEliminar
  3. otra cosa k decir no tengo ametralladora por k no se habia inventao

    ResponderEliminar